OLA DE LUZ VIRTUAL 2025
- psiclauraruiz
- hace 14 minutos
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SOMOS UNA TRIBU CON UNA CONEXIÓN ENTRE LA TIERRA Y EL CIELO
Marion y yo quisimos empezar esta Ola de luz con esta frase que tiene mucho significado para todos los que estuvimos conectados ese día. Primero porque sí somos tribu (aunque he de aceptar que cuando mi bebé murió me sentía completamente sola), somos todos mamás y papás de bebés que físicamente hoy no podemos ver ni abrazar. ¿Queríamos ser parte de esta tribu? Sin dudar digo que no. Sin embargo es lo que nos tocó experimentar y por lo tanto aquí estamos. Sabernos en tribu nos lleva a sentir que estamos acompañados, que nuestro dolor no es sólo nuestro, es de todos, y nos lleva a experimentar un fenómeno que sin duda sólo lo sientes cuando has tenido que despedirte de tu bebé en este plano: esa empatía hacia el otro. El reconocerte en la persona que de repente toma la palabra y habla de su historia, de su duelo, de sus emociones, el asentir con la cabeza porque lo que dice resuena contigo y con lo que tú también has sentido, el validarte a través del otro, incluso tomar lo que dice para poder integrarlo a tu propio proceso. Eso sólo lo entiendes cuando te das la oportunidad de abrirte a la experiencia de estar en grupo.
Después hicimos una visualización a través de un cuento de Natalia Contreras que narra una historia en donde conectamos con nuestros bebés, con su propia historia de vida y sobre todo en donde les agradecimos por habernos elegido para ser su mamá y papá durante el breve tiempo que permanecieron en la tierra (sin importar si fueron días, semanas, meses) y por siempre (pues ese título ya nadie puede quitárnoslo).
Y cada uno de nosotros prendió su vela. Antes de hacerlo, cada persona que estaba conectada abrió su micrófono para poder decir en honor a quién prendía su vela. No importó si su bebé tenía ya nombre o no, quizás tenía algún apodo el cual también fue dicho en voz alta. Porque así es como tenemos que nombrar a nuestros hijos, fuerte, sin miedo. Nuestros hijos existieron, formaron parte de nuestro cuerpo, se convirtieron en parte de nuestra familia y así será eternamente. Escuchar a cada mamá y papá hablar de sus hijos fue sin duda conmovedor pero también fue un acto de inclusión hacia todos estos bebés que partieron demasiado pronto. Y me atrevo a decir que en ese momento también levantamos la voz por todos aquellos bebés que fueron olvidados, excluidos del sistema familiar y que nunca más se habló de ellos.
Encendamos esta luz en nombre de todos nuestros hijos.
Por los que no conocimos
Por los que conocimos, pero no pudimos abrazar.
Por los que abrazamos, pero no pudimos traer a casa.
Por los que trajimos a casa, pero no pudiero quedarse.
Por los tuyos
Por los míos
Por los nuestros
Por los olvidados y
Por los que vendrán.
Y después hicimos un minuto de silencio mientras de fondo escuchamos la canción de La Oreja de Van Gohg: “Paloma blanca”.
Y dimos espacio para que todos los que quisieran participar pudieran hacerlo, que pudieran hablar de lo que ha sido tener que enfrentarse al dolor más grande que hay, a una de las experiencias más inesperadas (porque nadie espera encontrarse con la muerte al principio de la vida). Y fue así como también Marion y yo pudimos compartirnos desde nuestro rol de mamás. No olvidaré nunca las palabras de una mamá quién nos dijo que nos agradecía por ese gesto. Sin duda ambas somos profesionales de la salud y especialistas en el acompañamiento del Duelo Gestacional y Perinatal. Pero en estos espacios no hay forma de presentarnos ante ustedes si no es como mamás.
Gracias a cada una de las personas que confió en mi y en Marion para ser parte de esta Ola de Luz Virtual. Gracias por haberse dado el tiempo para contactar con su dolor pero también con el amor que cada uno de sus hijos ha dejado en su corazón. Gracias por la empatía, por el respeto y por la calidez con la que cada uno de ustedes se presentó durante el tiempo que estuvimos juntos. No me queda duda de que sigo acompañada, que sigo sanando a través de ustedes y que cada encuentro es movido por todo eso que nuestros hijos nos dejaron con su partida.
Con mucho cariño,
Lau


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